Artículo: Crónica del Entorno de la Madre Escuela (2º Parte)

Entre las confluencias de las calles Ecuador y Obispo Umaña (antes Bernal del Mercado) y la propia Alameda, estaba la Escuela Normal Abelardo Núñez y su Escuela Primaria Anexa, esta última ubicada justo al frente de la EAO. 

Crónicas de Carlos Cid (*).


Entre las confluencias  de las calles Ecuador y Obispo Umaña (antes Bernal del Mercado) y la propia Alameda, estaba la Escuela Normal Abelardo Núñez y su Escuela Primaria Anexa, esta última ubicada justo al frente de la EAO. Estas dos abarcaban casi media manzana de extensión.

La Escuela Normal fue fundada siete años antes que nuestra  Madre Escuela y su primer director fue el argentino Domingo Faustino Sarmiento. Junto con la Escuela Normal N°1 de Niñas, fueron la base de la enseñanza pública de nuestro país, en ella se formaban profesores y profesoras con verdadera vocación.

A estas escuelas llegaban muchachos y muchachas con 6ª preparatoria, a quienes –generalmente- les eran descubiertas sus aptitudes para enseñar por algún profesor con olfato y sensibilidad para captar lo que se llama vocación. Fue el caso de Rigoberto, compañero mío en los últimos años de la primaria, que ingresó interno a la Normal el año 1954.

La formación de un profesor primario tomaba 6 años y aquellos que tenían aptitudes para la música egresaban sabiendo ejecutar un instrumento.

Con alumnos y profesores de la Escuela Normal y la EAO se formaron los Clubes de Fútbol Magallanes y el Colo Colo.

La decadencia de la formación de los profesores primarios comenzó con el gobierno de  Eduardo Frei Montalva…y esto hay que  decirlo nomás, pues durante su administración, para darle impulso a la educación, comenzó la formación de profesores con egresados de liceos sin chance para estudiar otras carreras a quienes instruían en cursos de verano; “profesores marmicoc” los llamaban.

Las escuelas primarias con seis años de estudio, pasaron a llamarse escuelas de enseñanza básica con ocho años de estudio y los liceos con seis años de humanidades pasaron a llamarse liceos de enseñanza media, con cuatro años de estudio. Esto es lo que tenemos hoy día, más la municipalización de la enseñanza pública que heredamos del gobierno del Capitán General.

En 1974 se ordenó el cierre de la Escuela Normal Abelardo Núñez con el argumento de ser un nido de comunistas, como también se ordenó el término de todas las Escuelas Normales del país. Qué  falta de  visión, pues desde entonces la carrera de profesor básico pasó a ser una última alternativa para los postulantes a la universidad y no una carrera de vocación.

Las Escuelas de Periodismo, Psicología, Arquitectura y el Departamento de Filosofía y Educación de la U. de Santiago, ocupan hoy día los recintos que conformaran la Escuela Normal Abelardo Núñez.

Abrigo la esperanza  de que los alumnos que se forman hoy como profesores en la Universidad honren la memoria de los patios y espacios que fueron de la gloriosa Escuela Normal.

Hace poco escuché una entrevista por la Radio de la  Universidad –mi Radio/mi Universidad-  al director de un Liceo de Ochagavía. Este hombre declaró ser hijo de carpintero y de empleada doméstica, además de haber tenido que trabajar y estudiar de noche. Estudió en el Pedagógico Técnico de la UTE, en la época que se pagaba un arancel diferenciado. Además dijo ser el primer profesional de su familia y fue el segundo de su población. Este profesor  argumentaba lo siguiente: ¿Cómo puede un profesor, por ejemplo de Geografía, enseñar con propiedad ese ramo, si no puede viajar y conocer en terreno la geografía y la gente de Chile, con un sueldo promedio de 350.000 pesos, que apenas le alcanza para vivir y pagar la locomoción? A muchos los dejó con tarea  para la  casa con esta pregunta capital.

La Pila del Ganso

Por la Alameda, entre la antigua calle General Velásquez (hoy Padre Hurtado) y la calle Toro Mazote, había una pileta de agua que en su centro tenía una escultura en bronce de “un niño con un ganso”. Era la referencia del barrio “Pila el Ganso”. Recuerdo que existían dos o tres recorridos de microbuses con la denominación  “Pila”. Así estaban la “Pila Cementerio”, “Pila Estación Central Ñuñoa”,  “Pila Estación Central Lo Ovalle”.

La escultura anteriormente señalada fue fundida en el Taller respectivo de la EAO. Casi todas las esculturas de bronce que hay en Santiago se fundieron en ese taller, como la de Baquedano, la de Balmaceda y la de Arturo Alessandri, el “León de Tarapacá,” esta fue la última que se fundió. Con el cierre de la Escuela de Artes y Oficios, se perdió la maestría y la experiencia de la fundición artística monumental en Chile.

El niño de la Pila del Ganso es una réplica de la escultura denominada  “El niño y la Oca” de Boeto (150-200 ac), que se encuentra en el Museo del Louvre de Paris.

Hoy el Niño y el Ganso están reubicados en el bandejón central de la Alameda con la calle Padre Hurtado, pero sin pileta de agua.

Tanto era el arraigo de la Pila del Ganso en la tradición e imaginería del barrio, que la estación del Metro del sector, inaugurada en 1975, llevó por casi 30 años su nombre. Pero es tanta la ignorancia y el desprecio por el patrimonio histórico, por la cultura popular y la identidad de ciertas autoridades o de quienes toman decisiones, que la estación la renombraron como Padre Hurtado.

Dudo que al alcalde que  firmó el decreto edilicio con el mentado cambio, lo hayan paseado en coche de guagua o que haya jugado al trompo o a las bolitas en alguna calle de la  comuna, como también dudo que se haya educado en algún colegio del sector o que haya pololeado con alguna niña de Chuchunco.

Sin desmerecer la obra y virtudes del Santo, por qué recurrir a él si  ya había una avenida y un parque que llevan su nombre, y se  han agregado una universidad y un pueblo …en fin, por lo menos el nombre original del pueblo era Marruecos, valía el cambio. Pero el cambio del patronímico  en el caso de la estación del Metro, me parece que fue una falta de respeto a la memoria del barrio y a los vecinos. Algo similar parece que va a pasar con el Estadio Nacional.

Pareciera ser que la Animita de Rumualdito tiene poderes reales o mejor suerte que la Pila, ya que su pared llena de placas de gracia, se ha mantenido casi intacta hasta hoy desde 1930, pese a todos los cambios y remodelaciones que se han hecho en la calle San Borja. ¿O, tal vez, le han tenido miedo a la Animita?.

La Quinta Normal

La Quinta Normal de Agricultura data de 1838 y se inició como campo de experimentación a cargo de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), en los tiempos en que el límite poniente de Santiago era la Hacienda San José de Chuchunco (Chuchunco=donde las aguas se esconden=donde el Mapocho se escondía y aparecía en el sector de Maipú).

Es así como la Madre Escuela, la Escuela Normal y La Quinta Normal, inicialmente se encontraban en el sector rural de Santiago, o mejor dicho en Chuchunco abajo o donde el diablo perdió el poncho.

La expresión “los de Chuchunco abajo” fue usada por los citadinos del Gran Santiago para referirse en forma despectiva a los que vivían en el sector rural poniente y eso que en la Quinta Normal trabajó el científico naturalista francés Claudio Gay, a quien le debemos la primera Historia Física y Política de Chile, la que en 29 tomos describe  la flora, fauna, la geografía, geología y la historia de nuestro país. Don Claudio plantó la mayoría de los árboles centenarios que existen hoy.

En esta Quinta  se instaló el primer Jardín Zoológico en 1882, trasladándose en 1925 a lo que es hoy el Parque Metropolitano ( Cerro San Cristóbal ).

Esa era la única Quinta Normal que había en Santiago, aunque la nominación “quinta” también se extendía a las que se destinaban al chacoteo, como la Quinta de Recreo El Rosedal, ubicada en el Paradero 18 de la Gran Avenida. En ese local se iba a comer y bailar, se celebraban todo tipo de eventos, hasta las proclamaciones de los candidatos a la Presidencia de la República se realizaban allí, era como La Casa de Piedra de hoy; Por lo demás  se presentaron casi todas las Orquestas Típicas de Tango de Buenos Aires, también las orquestas de Xavier Cougat, Pérez Prado y Bill Halley y sus Cometas. Todos los eventos los trasmitía la Radio Sudamericana AM CB126, la que es la radioemisora existente más antigua del país.

Y ahora volviendo a la Normal, desde 1928 hasta 1971, La Quinta Normal fue sede de la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad de Chile. El mejor coñac tipo Armagnac que se producía en Chile, se destilaba en la Escuela de Enología, con uvas de la viña de la Quinta. Conocí a un gringo que venía muy seguido a trabajar a Santiago y cuando volvía a su país, se llevaba 10 botellas de ese coñac.

La Quinta, aparte del Museo de Ciencias Naturales, tenía dos atracciones para los cabros chicos, la laguna con botes y un trencito que recorría una buena parte del perímetro del parque. Las dos primeras aún están y el trencito desapareció hace tiempo. Era el paseo dominical de las rubicundas y atractivas empleadas de casa particular, de la comunidad de los hermanos mapuches y lugar de proselitismo y canturreo de los evangélicos pentecostales.

De las exposiciones de agricultura que se realizaban todos los años en octubre en la Quinta, no agrego nada a lo ya está escrito en la crónica anterior.

Hoy día la Quinta, con sus áreas verdes y sus museos, es un tesoro físico y cultural que tiene la capital y es de esperar que nunca la loteen para construir edificios de departamentos.

La Villa Portales

La Villa Portales es un claro ejemplo de una obra brillante, cuando el Estado se propone hacer bien las cosas; fue parte de las construcciones que se hacían con recursos de la Caja de Empleados Particulares, de acuerdo a las políticas de construcción de viviendas sociales del Estado y bajo la influencia de los conceptos de la arquitectura moderna.

Los terrenos que hoy ocupa la Villa eran las viñas de la Quinta Normal y el sector donde se realizaba todos los años la Exposición de Agricultura.

La construcción de esta Villa se inició en la misma época en que se emprendió la construcción de la Casa Central de la UTE, aun más, el proyecto de la Villa contemplaba su integración con la Universidad. Fue así como muchos profesores pasaron a ser vecinos.

El mantenimiento de los espacios comunes estaban en manos de la Caja de Empleados Particulares y los grandes espacios públicos eran responsabilidad de la municipalidad.

Para con el golpe de 1973 comienza el deterioro de la Villa. La Caja desaparece como institución, los alcaldes designados eran de derecha y se desentendieron de los problemas de la Villa, la que era considerada como foco de disidentes de izquierda.

¿La problemática de la Villa Portales ha sido objeto de estudio de la Escuela de Arquitectura de nuestra Universidad? Espero que sí.

Beneficios

Los cambios que se han producido en el sector, desde los tiempos descritos hasta el día de hoy, han beneficiado a la Universidad de Santiago puesto que ha podido mejorar y aumentar su infraestructura, a diferencia de los primeros tiempos de la UTE en que sus Escuelas y Casa Central y otras dependencias, estaban dispersas en Santiago.

Confieso que como ayuda a mi memoria, debí hacer uso de todos los sitios existentes en Internet, para poder informarme de los datos históricos duros, como fechas y nombres. También le agradezco a Don Luis Tejo Contreras (Profesor de Historia), los datos de Chuchunco y del menú de las Cachas Grandes, que desconocía, ya que con la cantidad y calidad de la comida que nos daban en la EAO, no teníamos necesidad de ningún complemento proteico adicional.

Espero que lo aquí está contado, le sirva a los jóvenes que estudian y a los que trabajan en la que fue y sigue siendo mi UNIVERSIDAD, para que conozcan la historia del barrio en el que estudian o trabajan y se identifiquen con este espacio. Mejor aún, espero le sirva a alguien como punto de partida para recrear la historia de otra manera y en mejor forma.

Dedico lo contado aquí, a todos los que murieron acribillados en la Abelardo Núñez y en la UTE, entre el 11 y 12 de Septiembre de 1973, a aquellos que después fueron detenidos, torturados, a los que nunca más volvieron y a los que no pudieron volver más a la UTE y quedaron con sus sueños truncados.

Ya más sereno, tiendo a pensar que también  fueron víctimas aquellos que apretaron el gatillo en esos días. Fueron jóvenes conscriptos o soldados de clase, que antes de mandarlos a matar, lo quisieran o no, les lavaron bien lavado el cerebro con el cuento de la lucha contra el comunismo. El cuento del cuco del comunismo, fuera cierto o no, a la derecha y a otros, les sirvió por mucho tiempo, para escamotear los problemas profundos de nuestro país y mantener sus privilegios.

Y se  me volvió a  apretar ese músculo que los galenos llaman corazón.

(*) Carlos Cid Luengo es egresado de Grado de Oficio, Fundición, de la EAO, 1959. Dibujante Técnico. Egresado de la primera promoción, Técnico en Instrumentación Industrial, del Instituto Tecnológico U.T.E, 1971. Desde 1972 a 2009, su actividad profesional fue la de proyectista instrumentista.

Texto original:
Este texto fue publicado en U. de Santiago al día, donde el autor relataba una serie de crónicas sobre la Escuela de Artes y Oficios y su entorno próximo.

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