Testimonio: Gonzalo Fuentes
Ingresé a la normal JAN en 1965, a los 12 años. Procedía de la Escuela Anexa República de Venezuela (ubicada en calle Ecuador). A mi promoción le correspondió la reforma educativa de Frei Montalva, lo que implicó, por un lado, ser la última generación que curso el equivalente hoy a la enseñanza media, por otro el tiempo de la carrera de pedagogía básica en tres años, dos de estudios y el tercero de práctica profesional.
En esos años, estudiar en la JAN era algo que nos marcó en la vida. Fuimos la generación de los “carneros”, como nos llamaban los compañeros de cursos superiores. Es decir, siempre íbamos a ser los últimos, los chicos. Recuerdo que en los primeros años solo éramos hombres para después llenarse de mujeres siendo las primeras que arribaron procedente de la Escuela Normal Gabriela Mistral.
De mi curso, los 43 que comenzamos solo terminamos 29.
Sin dudas el compañerismo y espíritu solidario que se dio entre
nosotros fue profundo y, cosa increíble sigue viviendo hasta el día de
hoy.
Había varios compañeros internos dado que eran de provincias. El resto
éramos medio pupilos dado que las clases comenzaban a la 8:00 y
finalizaban a las 18:00 horas.
También en muchos de nosotros comenzó el despertar por los tiempos que
en ese entonces se vivían con fuerza, la cuestión social, que en
muchos, entre los que me cuento, redundo en un férreo compromiso.
Manuel Guerrero era el presidente de los
estudiantes normalistas de Chile. Sergio Campos en aquellos años ya
tenía una radio al interior de la escuela que en las horas libres
trasmitía música, entrevistas, información varia. Sergio con
posterioridad cumplió un rol esencial en el prestigiado El Diario de
Cooperativa.
A mí me correspondió al ser elegido en un Congreso de Estudiantes
Normalistas asumir como Secretario General de la Confederación de
Estudiantes Normalistas de Chile.
Mi curso que era el “A” se caracterizó al destacarse varios compañeros
en deportes, estudios y en política. En esto último, recuerdo que
cuatro éramos dirigentes a nivel nacional. También se dieron momentos duros, difíciles como la pérdida de dos
compañeros, uno atropellado, el otro suicidado al interior de la
escuela.
El recuerdo de nuestro paso por al JAN perdura hasta el día de hoy.
Desde hace tres años alrededor de 20 compañeros de mi curso nos
reunimos cada dos meses. Es increíble charlar y ver el derrotero que
hemos tenido en la vida particular cada uno.
Es obvio que ya por el impecable avance del tiempo, los nietos ya
ocupan un lugar en nuestras conversaciones.
Hay de todo. tres son Directores de escuelas, hay dos docentes
universitarios, los mas como abnegados profesores, uno es
diplomático, varios -entre los cuales también yo estuve- forzosamente
tuvimos que dejar el país. Yo regrese, los otros definitivamente
permanecen fuera de Chile cumpliendo importantes funciones laborales
y académicas.
El 14 de julio se celebra el aniversario de la JAN. Este
año le corresponde a mi generación organizar el encuentro en las
afueras de lo que queda del añorado edificio. Cuando paso por ahí veo la que fue mi primera sala de clases que
todavía permanece en la esquina de Bernal del Mercado con Alameda.
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